MEDICINA GENERAL
Síndrome de Burnout
Síndrome de Burnout
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El síndrome del burnout, silente y muy difícil de manejar para sus víctimas, el cansancio extremo que va drenando la salud mental de millones de personas en el mundo, y que ha sido una de las grandes secuelas que fue dejando el Covid-19, además de pérdidas humanas y desastre económico en las naciones.
El síndrome de burnout o «síndrome del trabajador quemado» hace referencia a la cronificación del estrés laboral. Este se manifiesta a través de un estado de agotamiento físico y mental que se prolonga en el tiempo y llega a alterar la personalidad y autoestima del trabajador. Este síndrome puede dejar a su rastro saldos rojos en improductividad, sin embargo, puede ser manejado siempre y cuando las empresas se preocupen en prestar atención a sus trabajadores, quienes son los principales afectados. Para ello es necesario hacer de la inteligencia emocional la clave de la comunicación corporativa.
Gracias al cambio que se ha venido practicando en las propuestas gerenciales a nivel mundial, son cada vez más las corporaciones que a nivel mundial cuidan de que sus colaboradores padezcan tal síndrome de sobrecarga emocional, por lo que han de tomar acciones en concreto para evitarlo.
Por un lado, el omeprazol es un inhibidor de la bomba de protones que reduce eficazmente el exceso de ácido gástrico. Sin embargo, su uso a largo plazo se ha asociado a un mayor riesgo de fracturas e infecciones, y a deficiencias de micronutrientes. La cúrcuma, por su parte, es una especia culinaria cuyo principio activo (la curcumina) es famoso por sus propiedades antiinflamatorias y antimicrobianas.
Para averiguar si se podía sustituir al omeprazol en el tratamiento de la dispepsia funcional, investigadores de la Universidad de Chulalongkorn en Tailandia encontraron 151 pacientes de entre 18 y 70 años que sufrían molestias estomacales recurrentes. Establecieron tres grupos de tratamiento: cúrcuma sola (dos cápsulas de 250 mg de curcumina cuatro veces al día y una cápsula de placebo), omeprazol solo (una cápsula de 20 mg al día y dos cápsulas de placebo cuatro veces al día) y cúrcuma más omeprazol.
Los pacientes de todos los grupos notaron una mejora significativa de sus síntomas a los 28 días, y aún más a los 56 días.
El diseño del estudio, que incluía la aleatorización a doble ciego, minimizó los sesgos. Los participantes cumplieron criterios estrictos, se sometieron a una endoscopia y se les realizaron pruebas de infección por H pylori.
Los métodos estadísticos fueron apropiados y siguieron principios aceptados. Se programaron dos citas de seguimiento, y los análisis de sangre no mostraron síntomas anormales ni anomalías de la función hepática. Sin embargo, quienes tenían un índice de masa corporal elevado indicaron una tendencia al deterioro de la función de este órgano en el grupo de la curcumina, lo que sugiere la necesidad de realizar estudios más amplios.
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